La Nación y ¿La Emigración?

El pasado viernes 29 de Enero se dio por concluida la tan mentada reunión de cubanos residentes en el exterior, que muy a pesar de lo que ha querido destacar el gobierno cubano, no representaba a los más de 2 millones y medio de los emigrantes cubanos dispersos por muchos países. Créanme, que conozco a muchos, unos por amistades de años y otros gracias a las redes sociales y a ninguno, nos llegó la convocatoria de la asamblea de marras. Yo como buena cubana, aunque no comulgue con los preceptos impuestos hace más de 51 años en mí bello caimán, me empeño en ver desde mi sofá el canal Cubavisión internacional. Para nada me resultó sorpréndete ver a los integrantes de la “Brigada Antonio Maceo”, que residen en Estados Unidos, que a pesar de haber emigrado muchos con sus padres entre las décadas de los 60 y 70, apoyan a un régimen enquistado en la política dictatorial que durante años ha agotado la riqueza que tenía Cuba, y luego, sin ningún tipo de vergüenza, explota a los que vivimos en el extranjero extendiendo sus tentáculos para presionar a que no expresemos nuestras verdaderas opiniones; por miedo a que nuestros familiares en la isla sufran alguna represión o se nos quede vedado de por vida pisar el suelo patrio. Otro de los grandes invitados a la reunión es el director de la emisora “Radio Miami” Max Lesnik, quien curiosamente tiene una onda radial en la ciudad que más alberga a emigrantes cubanos “Revolución, dicha emisora se empeñada en dar a conocer las grandes virtudes de cubana”, y su fuente principal para informar son las que llegan desde La Habana, a través de la Agencia Prensa Latina. Cuánto me gustaría preguntarle al Señor Lesnik ¿qué opinaría si en la propia isla pudiéramos abrir una radioemisora dónde pudiéramos informar libremente sin manipular la información y destacar las opiniones opuestas a lo que durante décadas el gobierno de los Castro no ha permitido? Por supuesto que su respuesta sería una sarta de incongruencias que no sería capaz de sostener ni aunque lo aguantarán con pinzas de acero inoxidable.

El acta final del ``Encuentro de Cubanos Residentes en el Exterior contra el Bloqueo, en Defensa de la Soberanía Nacional'', demanda a Washington el ``levantamiento inmediato e incondicional'' del embargo que aplica a la isla desde 1962 y además, la exigencia a Europa de un tratamiento justo y no discriminatorio hacia la isla, que deje sin efecto la posición común y que propicie la normalización plena de las relaciones con Cuba”.
A todas luces en ningún momento se han tratado temas importantes como el no reconocimiento de régimen de la isla de la doble nacionalidad de muchos de los emigrados, pues a pesar de no vivir hace años, y poder movernos por todo el mundo con otro tipo de pasaporte, tenemos que entrar al país con el pasaporte nacional que por cierto solicitar uno nuevo cuesta la friolera de 180 € y la renovación que se debe realizar cada 2 años asciende a 90 €, uno de los maravillosos acuerdos aprobados en la anterior edición de la asamblea en el 2004, dónde nos cierran las puertas cada vez más, o la obligación de quién salga al exterior por invitación tenga que pagar 40 € mensuales a los Consulados erigidos en varias provincias con la apremiante de no hacerlo, te invalida la entrada en la tierra que has nacido y has dado todo por ella, además de expropiarte las propiedades que en teoría tienes en el país.
A fin de cuentas el “Encuentro de Cubanos Residentes en el Exterior” continúa la misma política que durante más de medio siglo sigue el régimen, crear una cortina de hierro para que no trasciendan los verdaderos problemas que tenemos. He recordado estos días, lo que tantas veces me decía mi abuela, que como buena cubana y dicharachera siempre tenía un refrán para apuntar a cada situación:

“No hay mal que dure cien años,
 ni mal que pesar no traiga,
 ni edificio que no se caiga,
 ni nada que fin no tenga.”