De símiles y otros demonios.

Debo reconocer que soy asidua lectora del periódico digital Libertad Digital desde hace años, aunque ciertamente las cosas del corazón y famoseo no son de mi especial interés. Pero hoy me recomendaron leer un artículo publicado en la sección CHIC de dicho diario el artículo denominado “La última Quinta de Madrid”, considero que el periodista valora y recrea la historia del recinto arquitectónico conocido como “La quinta de Torre Arias”, pero al final hay un criterio que a mi modo de ver, de leer y de valorar no es del todo acertado. De hecho debió reservarlo para sus opiniones privadas. Es un comentario totalmente ofensivo si se tiene en cuenta que en España vive una comunidad cubana desde hace más de medio siglo. Que en su gran mayoría se ha integrado perfectamente a la sociedad española pues entre ellos se cuentan políticos, empresarios de renombre, intelectuales y gente común que lucha por este país e incluso se identifica con las víctimas del terrorismo, que se cuentan en millares. Me duele mucho la comparativa del autor de marras estableciendo un paralelismo entre José Martí y Arnaldo Otegui; cito textualmente: “La capital, con alcaldes de extrarradio, seguirá trasladando su eje de gravedad hacia el norte, con un centro abandonado a los turistas y Paseo de la Habana como metáfora de en qué se ha convertido la ciudad. Con estatua de Martí incluida, el Otegui del siglo XIX, como sinónimo de nuestra mediocridad”. Demostrando su ingenuidad total, y un tremendo desconocimiento histórico y literario sobre el Héroe Nacional de Cuba. Lo peor es que considera a Martí como un terrorista capaz de matar a inocentes en sus casas para logar un fin político. Ojalá haya unas palabras breves de rectificación pues me parece que el autor se ha equivocado de personaje, igual habla de los hermanos Castros que SI han sometido a Cuba en una dictadura feroz, que ha matado a cientos de inocentes por el simple hecho de pensar diferente o porque sus padres han intentado darles una vida mejor.