La fuerza del amor.

Hoy me siento afortunada por tener la suerte de conocer personas, que son capaces de sacrificar todo por el bien de los demás.
El día en Santander se tornaba muy desapacible, el frío, la lluvia y los granizos que se empeñaron en oscurecer la tarde, no lograron hacer que me quedara en casa y desistiera de abrazar a dos jóvenes que quizás en otras circunstancias no hubiera podido ni darles la mano. Héctor Valle, con esa modestia del hombre que ha sufrido durante años el duro presidio cubano, quién aún no se cree libre en otra tierra y su esposa Darelys Velázquez tan risueña, derrochando cubanía y optimismo por los poros, me recibieron con el cansancio a la espalda después de varias horas de viaje de Madrid a Cantabria.
Héctor fue apresado en el 2003 junto con 74 compañeros más, cumplió 7 años de prisión por el simple hecho de reclamar los derechos de los trabajadores cubanos y en ese empeño tiene el orgullo de haber conocido al mártir de la libertad Orlando Zapata Tamayo. El casi no ha podido compartir con su niño de 10 años, pues cuando este apenas había cumplido 3 fue encerrado en una de las aberrantes celdas del sistema represivo cubano. Realizó huelga de hambre al saber la noticia de la golpiza brutal a las Damas de Blanco, entre ellas su compañera Darelys que fue golpeada por el simple hecho de salir vestida de blanco a las calles de La Habana con un gladiolo en las manos, como única arma para reclamar la libertad de su esposo y sus compañeros injustamente encarcelados.
La tierra cántabra debe sentirse orgullosa de acoger a una Dama de Blanco y un expreso político. Sus compatriotas debemos apoyarlos en su lucha por la libertad de Cuba y tenemos la obligación de sumarnos a esta lucha y hacer hasta lo imposible porque injusticias como esta no se repitan.
Citando a José Martí: La libertad es el derecho que tienen las personas de actuar libremente, pensar y hablar sin hipocresía.