jueves, 4 de noviembre de 2010

Amnesia


Hoy me he levantado con la noticia de la inauguración del Seminario San Carlos y San Ambrosio en La Habana. Como noticia me parece fantástica porque se recupera un seminario emblemático en la cultura cubana, pero lo que me resulta insultante es que el Cardenal Jaime Ortega agradezca públicamente la “ayuda” que el régimen le ha dado a dicha encomienda. Parece que el religioso no se acuerda que a principios de la “revolución “muchos curas, monjes, monjas ,etc fueron expulsados inmoralmente de la tierra en la que muchos habían nacido, las puertas de las iglesias se cerraron y los fieles que acudían a los actos religiosos tenían dos opciones o esconderse para no ser señalados como creyentes cosa que constituía un pecado capital dentro de la sociedad comunista que los Castro impusieron en Cuba o enfrentar abiertamente a los secuaces de los dictadores que prácticamente los querían linchar si eran consecuentes con sus principios. Escribo con conocimiento de causa porque en mi propia familia hemos padecido este tipo de persecución y de separación.
Ortega ahora sirve de enviado de la dictadura primero para excarcelar a los presos políticos de la isla y desterrarlos al extranjero y de interlocutor para que los 5 espías presos en cárceles estadounidenses, a quienes se les demostró su culpabilidad sean canjeados por el ciudadano norteamericano prisionero en la isla Alan Gross.
Por suerte la iglesia católica cubana no es Jaime Ortega y hay muchas personas que son fieles a sus principios.

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