Hace
unos años Ricardo Alarcón, al ser increpado
por Eliecer Ávila sobre el ¿por qué no podían salir los
cubanos al extranjero fácilmente? Aportó la perla maravillosa de: imagínense lo que pasaría si todo el mundo
decidiera viajar, habría una “trabazón” en los cielos del mundo Pues parece que
al cabo de los años y con la crisis económica que afecta a muchos países del
mundo occidental, consideran que ya no ocurre el fenómeno. Las nuevas medidas
incrementadas o mejor dicho la derogación, a saber por cuánto tiempo, de la
limitación a los ciudadanos cubanos a viajar han traído muchas alegrías para
muchos entre los que me encuentro, aunque me preocupa mucho el tema de las
restricciones de los profesionales para evitar la fuga de cerebros, tal como
especifican los de la isla. Los pobres que hayan decidido estudiar una carrera
universitaria la tendrán “cruda” pues si ya los médicos y personal sanitario tienen
que esperar años, permisos de Ministros, directores, además en algunos casos,
el regalo al funcionario de turno para que agilice, estampe el cuño y salga el
papel ansiado. Ahora será más extensivo a otros que lo tenían más sencillo.
Cuba se obceca en limitar a los ciudadanos en el intercambio mundial, sin
valorar que la experiencia que se puede adquirir puede ser reversible en el
desarrollo de la isla, como lo han hecho países como la India. Claro que además
quienes se oponen directamente a sus ideas no podrán poner un pie
fuera del Aeropuerto José Martí. En cualquier caso
para poder aclarar dudas cito el artículo publicado por Café Fuerte que detalla
y simplifica los términos para entender las nuevas medidas.
http://cafefuerte.com/cuba/noticias-de-cuba/politica/2265-cuba-habilitara-200-oficinas-para-emitir-pasaportes-a-partir-de-ener¡Y que nos dure mucho!